EL BONO SOLAR 

 “Sol derramado en cascadas fatuas enmudecidas sempiternamente, abriga con tu luz, la llegada del domingo, para que rueden hojas de paz, junto a serenos pasos”. Anónimo chetumaleño 

En el boletín número 17 de la biblioteca del Ing. Odón de Buen, se nos recordó un dato importante: “La CFE subsidia las tarifas de energía eléctrica con una aportación anual de 100 mil millones de pesos del Gobierno de México”. Esta información me hizo recordar un proyecto que con mucho tesón e inteligencia impulsó mi desaparecido amigo el Ing. Daniel Chacón, eficiente colaborador en la Iniciativa Climática de México, una ONG que ha prestado y sigue prestando invaluables servicios al país. 

El ingeniero Chacón, a quien le llamaba “el padre del bono solar”, propuso un mecanismo para “transferir parte del gasto que el Estado mexicano absorbe de los recibos de servicio eléctrico de una gran parte del sector residencial, identificado como ‘ayuda gubernamental’, hacia la adquisición e instalación de módulos fotovoltaicos –‘techos solares’-, en una parte sustantiva de los domicilios particulares en el país”. 

La lógica de la propuesta del “Bono Solar” era que instalando en los techos de las viviendas un conjunto de paneles solares fotovoltaicos, se podía generar la energía necesaria para satisfacer las necesidades básicas en términos netos, lo cual evitaría tener que seguir requiriendo de la ayuda gubernamental o el subsidio eléctrico. Por si fuera poco, la propuesta también incluía la dotación de ciertas medidas de eficiencia energética (EE) para fortalecer la transición hacia el concepto de “prosumidores”, esto es, productores-consumidores de energía. 

La propuesta de Chacón del Bono Solar se insertaba en las figuras de “generación distribuida” y de “generación distribuida limpia” que, derivadas del marco legal de la reforma energética de 2013, no requieren permiso de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para generar energía eléctrica, dado que su capacidad es menor a 0.5 MW y porque están interconectados a un circuito de distribución que contiene una alta concentración de centros de carga. El programa Bono Solar propuso reorientar el subsidio eléctrico residencial para convertirlo en parte de los fondos que los usuarios, en forma individual, o mediante un tercero, requerirían para instalar techos solares de suficiente capacidad para satisfacer sus necesidades actuales y generar un volumen adicional para vender a la red. Se trataba de “empoderar a los ciudadanos para transformarlos de consumidores pasivos de energía eléctrica a generadores con fuentes limpias, informados y habilitados para aplicar medidas de eficiencia energética (EE) y, de esa manera, disminuir sus gastos en energía eléctrica, contribuyendo además en los objetivos nacionales de fortalecer las finanzas del Estado y de la CFE, avanzar en la transición energética y apoyar las políticas públicas hacia el cambio climático. 

Otro importante proyecto coordinado y concebido por el Ing. Chacón fue el de “Financiamiento para el Acceso a Tecnologías de Energías Renovables de Generación Eléctrica Distribuida” (FATERGED), mismo que hacia fines de 2017 fue aprobado por el Comité Técnico del Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (FOTEASE), con el objetivo de impulsar el crédito privado hacia la adquisición de sistemas solares FV interconectados menores a 500 kW, focalizado en usuarios no subsidiados (comercial e industrial). Recordemos que de 2013 a 2016, la capacidad instalada de la generación distribuida fotovoltaica pasó de 29.1 a 257.6 MW, un crecimiento extraordinario, a pesar del desconocimiento de la tecnología y de su rendimiento técnico por parte de la banca comercial que lo veía como un riesgo. 

Al cierre de 2024, la capacidad instalada total de generación eléctrica distribuida ya alcanzó 4,447.9 MW con más de medio millón de contratos de interconexión autorizados, principalmente para el sector residencial de alto consumo y empresas pequeñas y medianas. El proyecto FATERGED de Daniel Chacón, sin lugar a duda, impulsó la capacitación de la banca privada nacional en la asignación de financiamientos y créditos, al tiempo de favorecer el surgimiento de empresas habilitadas para cumplir con los requisitos y exigencias de calidad de la banca comercial. 

El bono solar en cambio, diseñado para sustituir los subsidios a las familias de menores ingresos, no ha prosperado. Como nos lo recordó el Ing. De Buen, el gobierno federal sigue incluyendo anualmente en el presupuesto de CFE más 100 mil millones de pesos anuales en “ayuda gubernamental”. Ojalá alguien les refresque el proyecto de Daniel Chacón.

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